Cuando eramos pequeños, en la calle de la seis oriente con dos sur, habia un negocio que se llamaba DIPAPEL,era una tienda de plasticos, que vendia bolsas, forros, vasos plasticos, entre otras cosas de papel, el negocio quedaba justo en la esquina, ahora después de todos los años que han pasado, el negocio ya no existe, al menos no en esa esquina, y bueno con todo esto del terremoto, probablemente ni la estructura haya quedado.
Cuando eramos pequeños, mi hermano Hugo apenas estaba en kinder, mi mamá tuvo que ir a comprar algo a ese lugar, no recuerdo si mi hermano menor Pablo estaba ahí, pero si recuerdo que de la nada, mi hermano Hugo comenzó a gritar: "¡Estoy perdiiido!!, ¡estoy perdido en DIPAPEL!!!, estaba afuera del negocio, era pequeño y caminaba en zig zag, mirando hacia todos lados, mi mamá y yo seguáamos adentro, mirándolo y comprendiendo en qué minuto, mi hermano había salido y creído que estaba perdido. Mi mamá muerta de la risa, salió le hizo una seña de que aún estaba ahí, y la verdad es que no recuerdo más, sólo que lloró mucho más esa vez que cuando se perdió en la 11 oriente, el día que una prima nació. Esa vez si que pensé que lo habían raptado, sin embargo, estaba muy sentado en una tienda de pasteles, habia dado el numero de la casa y mi papa habia ido a buscarlo, obviamente asustado, indignado, todo el mundo lloraba, menos mi Huguito que jugaba con su Luigi de Mario Bros en la caja registradora.
La frase "estoy perdido en dipapel" se hizo emblemática, tema de conversación de muchas cenas navideñas, con invitados, anecdóticas, etc.
El tema es que al final, sentirse perdido resultó mucho más catastrófico que alguien lo creyera perdido, y entre perderse o no perderse, es que llego a conclusiones que quizás a nadie que este ubicado siempre le importe, pero a mí, que grito que estoy perdida en el 507, me resulta alivianador.
Cuando eramos pequeños, mi hermano Hugo apenas estaba en kinder, mi mamá tuvo que ir a comprar algo a ese lugar, no recuerdo si mi hermano menor Pablo estaba ahí, pero si recuerdo que de la nada, mi hermano Hugo comenzó a gritar: "¡Estoy perdiiido!!, ¡estoy perdido en DIPAPEL!!!, estaba afuera del negocio, era pequeño y caminaba en zig zag, mirando hacia todos lados, mi mamá y yo seguáamos adentro, mirándolo y comprendiendo en qué minuto, mi hermano había salido y creído que estaba perdido. Mi mamá muerta de la risa, salió le hizo una seña de que aún estaba ahí, y la verdad es que no recuerdo más, sólo que lloró mucho más esa vez que cuando se perdió en la 11 oriente, el día que una prima nació. Esa vez si que pensé que lo habían raptado, sin embargo, estaba muy sentado en una tienda de pasteles, habia dado el numero de la casa y mi papa habia ido a buscarlo, obviamente asustado, indignado, todo el mundo lloraba, menos mi Huguito que jugaba con su Luigi de Mario Bros en la caja registradora.
La frase "estoy perdido en dipapel" se hizo emblemática, tema de conversación de muchas cenas navideñas, con invitados, anecdóticas, etc.
El tema es que al final, sentirse perdido resultó mucho más catastrófico que alguien lo creyera perdido, y entre perderse o no perderse, es que llego a conclusiones que quizás a nadie que este ubicado siempre le importe, pero a mí, que grito que estoy perdida en el 507, me resulta alivianador.
1 comentario:
Tengo ganas de ir a encontrate
te adoro amiga de mi cucharon!!!1
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