miércoles, 23 de enero de 2008

Años

Hace un par de años atrás el la conoció en un lugar cualquiera, un día como todos. Y tuvo esa historia de amor, tipica que viven todos, donde se es feliz y se es miserable, donde se esperan sueños y se juzgan verdades, donde se es libre pero prisionero al mismo tiempo. El tenía de esos amores envidiados y negados por todos y ella lo hacía feliz.
La mujer de cabellos largos no sólo lograba erizarle la piel, sino también sus gustos y pensamientos. Le temía a su sonrisa porque simplemente cuando ella lo hacía, el se quedaba sin aliento.
La historia duro largo tiempo, asi como muchas otras cosas que duran mucho tiempo, como la comodidad y la abulia, y como todos alguna vez esperan o se imaginan la historia concluyo sin mayores catastrofes.
La vida de él continuó mientras él se permitió que así fuese, habían sin duda momentos de debilidad donde se extrañana la presencia de ella para resolver algún problema o simplemente descansar. Las caminatas volvieron a ser de uno, también el ver películas los viernes por la noche y quizás alguna salida nocturna a un lugar sin destino especifico.
Un dia de estos que te nombro, él decidió descansar en una banquita, no era una banquita de esas que te traen recuerdos, pero estaba en un lugar en el que quizás existía la posibilidad de que ella se cruzara..
Mas no tuvo suerte.
Por alguna razón que no quiso definir continuó llendo a aquel lugar sin tener existo, no había caso, algo había cambiado, quizás su horario era diferente y por eso ella nunca lograba cruzarse, asi que opto por ir en variadas horas. Sin alguna respuesta, un día decidió terminar con esta situación. Se puso de pie y en la misma vereda comenzo a mirar atentamente a cada extraño que pasaba frente a el... Quizas su color de cabello no era el mismo, quizas habia engordado...
Entre tanto delirio diviso a una pequeña que corría por el lugar, jugaba a alcanzar palomas, mientras su mamá la cuidaba de cerca... en ese momento su corazón se detuvo. Si?.. no podía ser... era ella, no la pudo reconocer, ella se había convertido en mamá... seguía teniendo su cabello tal cual lo recordaba, mas no podía creer que si tuviese esos kilos de mas, esa mirada acabada de falta de horas de sueño y al final de cuentas una sonrisa mas maternal que jovial.
Si... definitivamente era ella, era momento de volver a la cordura, dejar el delirio detras... no, ciertamente no era amor lo que sentia él.. sino mas bien apego.. a un recuerdo que ya no existía.

"El apego a lo que no existe, es como el pan de cada día"

1 comentario:

Macarena dijo...

El apego?
Maldito apego a mis recuerdos, a creer que el tiempo no pasa y se detiene por siempre.

Cómo hacerle entender al corazón lo que apego y lo que no.?

Te quiero