
Cuando era niña, naciste un día en que yo celebré mi cumpleaños número cuatro. Recuerdo que mi mamá no podía estar conmigo ese día, porque estaba teniendo a mi hermanito menor (de ese entonces) y mi papá junto con una tía hermana de él, se dedicaron a regaloniarme una tarde en mi jardín "KIKI" junto a mis amiguitos compañeros de clases y juegos en un festín de celebración.
Ese día mi papá me entregó de parte de mi mamá y mi nuevo hermanito un regalo, que graciosamente como moda de ese entonces era un muñeco del estilo hawaiano "Ken", futuro novio de alguna de mis ocho barbies hasta esa fecha. (Con el tiempo logré hacer que mi mamá desperdiciara dinero en quince en total y un Ken más) Vestía un traje de baño floreado que jamás le quité porque simplemente no tenía vestuario masculino en mis posesiones.
También recuerdo que cuando ya tenías un año, nuestro papá llegó así como cualquier día después del trabajo en un auto celeste. Te tomé en brazos y partimos a pasear en el auto nuevo de papá. También recuerdo que le pusimos "Bobbi".
Sigo avanzando y recuerdo nuestros cumpleaños lluviosos, llenos de gente amiga de los dos, que llegaban a celebrar nuestros cumpleaños el mismo día. La fiesta era tan grande, que te perdías y me perdía entre tanta gente y tantos niños, las piñatas, los globos, las sorpresas, los payasos y siempre siempre el presente de los viejos, el preciso, aunque no fuese relativamente necesario. (Siempre nos han dado todo lo que hemos querido en el minuto en que han podido hacerlo).
Tus mañas eran tan chistosas como las mías. Y sí, seguí celebreando mis cumpleaños en tus cumpleaños y viceversa y seguimos también peleando y enojándonos, como dos virgos que somos y como dos hermanos que lo somos también.
No sé si recuerdas el día en que fuimos tres, yo no tengo mucha memoria de eso, debe haber sido porque fueron tiempos muy agitados, pero de pequeños vivimos juntos muchas cosas, desde que se te cayó la cortina, hasta ahora que tenemos que recurrir a métodos alternativos para saber del uno y el otro.
No sé porqué, hoy escribí algo de tí. Debe ser porque a veces pienso que eres un pollito con miedo a caminar que ni piensa en volar. Y sólo quiero que entiendas que la vida es lo más lindo que tienes, que las amarguras y las penas son para quienes han vivido sin amor toda su vida, pero no tú, no yo, no nuestra familia.
Cuando yo era pequeña, le dije a mi mamá mil veces que cuando tuviese la dad para irme lo iba a hacer. Iba a vivir sola y nadie me iba a mandar, nadie me iba a retar porque no ordenaba mi pieza, ni porque no ponía la mesa, o no iba a comprar el pan...
Ahora vivo sola, y es parte de lo que elegí para mí. No me arrepiento de nada. Pero si te digo una cosa, el hogar es lo más hermoso y lejos el tesoro más grande que guardo todos los días conmigo. Camino pensando en que ustedes tienen la oportunidad de verse todos los días, aunque hagan lo mismo de siempre (papá en el living viendo tv, tu en el pc y mi mamá durmiendo con nuestro hermano), sonrío, porque eso, aunque no lo creas, es calor de hogar. Amo a nuestra familia, como no tienes idea... lo que implica que todo lo que te pase a ti, tus penitas, tus problemas, tus falencias, tus fortalezas, me importan y las venero porque son tuyas y te hacen como persona.
No importa cuántas veces alguien te rompa el corazón, porque tu cariño es leal, es sincero, y sólo será devuelto por quien de verdad lo valore.
Hugo Diego Alonso, me encanta tu nombre.
=)
Ese día mi papá me entregó de parte de mi mamá y mi nuevo hermanito un regalo, que graciosamente como moda de ese entonces era un muñeco del estilo hawaiano "Ken", futuro novio de alguna de mis ocho barbies hasta esa fecha. (Con el tiempo logré hacer que mi mamá desperdiciara dinero en quince en total y un Ken más) Vestía un traje de baño floreado que jamás le quité porque simplemente no tenía vestuario masculino en mis posesiones.
También recuerdo que cuando ya tenías un año, nuestro papá llegó así como cualquier día después del trabajo en un auto celeste. Te tomé en brazos y partimos a pasear en el auto nuevo de papá. También recuerdo que le pusimos "Bobbi".
Sigo avanzando y recuerdo nuestros cumpleaños lluviosos, llenos de gente amiga de los dos, que llegaban a celebrar nuestros cumpleaños el mismo día. La fiesta era tan grande, que te perdías y me perdía entre tanta gente y tantos niños, las piñatas, los globos, las sorpresas, los payasos y siempre siempre el presente de los viejos, el preciso, aunque no fuese relativamente necesario. (Siempre nos han dado todo lo que hemos querido en el minuto en que han podido hacerlo).
Tus mañas eran tan chistosas como las mías. Y sí, seguí celebreando mis cumpleaños en tus cumpleaños y viceversa y seguimos también peleando y enojándonos, como dos virgos que somos y como dos hermanos que lo somos también.
No sé si recuerdas el día en que fuimos tres, yo no tengo mucha memoria de eso, debe haber sido porque fueron tiempos muy agitados, pero de pequeños vivimos juntos muchas cosas, desde que se te cayó la cortina, hasta ahora que tenemos que recurrir a métodos alternativos para saber del uno y el otro.
No sé porqué, hoy escribí algo de tí. Debe ser porque a veces pienso que eres un pollito con miedo a caminar que ni piensa en volar. Y sólo quiero que entiendas que la vida es lo más lindo que tienes, que las amarguras y las penas son para quienes han vivido sin amor toda su vida, pero no tú, no yo, no nuestra familia.
Cuando yo era pequeña, le dije a mi mamá mil veces que cuando tuviese la dad para irme lo iba a hacer. Iba a vivir sola y nadie me iba a mandar, nadie me iba a retar porque no ordenaba mi pieza, ni porque no ponía la mesa, o no iba a comprar el pan...
Ahora vivo sola, y es parte de lo que elegí para mí. No me arrepiento de nada. Pero si te digo una cosa, el hogar es lo más hermoso y lejos el tesoro más grande que guardo todos los días conmigo. Camino pensando en que ustedes tienen la oportunidad de verse todos los días, aunque hagan lo mismo de siempre (papá en el living viendo tv, tu en el pc y mi mamá durmiendo con nuestro hermano), sonrío, porque eso, aunque no lo creas, es calor de hogar. Amo a nuestra familia, como no tienes idea... lo que implica que todo lo que te pase a ti, tus penitas, tus problemas, tus falencias, tus fortalezas, me importan y las venero porque son tuyas y te hacen como persona.
No importa cuántas veces alguien te rompa el corazón, porque tu cariño es leal, es sincero, y sólo será devuelto por quien de verdad lo valore.
Hugo Diego Alonso, me encanta tu nombre.
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