Bajo un mismo cielo, existimos tú y yo... Tú no eres nadie en particular y yo, yo soy cualquiera incluso tú...
Nos conocemos por cosas de la vida, o del puto destino como dicen por ahí, yo hasta el minuto culpo Zeus y Hades, por jugar con el "destino" que forga que ocurran "cosas en la vida". Esa es mi sentencia, que todo ocurre porque la ira de Hades y la sabiduría de Zeus, han jugando eternamente con nuetsramente y con el Universo.
Ayer comprendí que buenos y malos, convivimos a diario haciendonos el amor y el daño sin reclamos y sin reparos como lo cotidiano más absurdo pero inevitable que pudiesemos tener.
Ayer en el pedazo de soledad que preferí guardar sólo para mí, es que entendí que la casa mía no es tuya, y que por nada del mundo, volveré a dejar que se interrumpa de esa forma.
Horas de melancolía pasaron por mi cabeza durante la fecha especial de todos, pero de nadie. Melancolía y soledad, equivalentes a horas eternas de sueño y llanto.
Mis ojos están inchados de tanta suciedad que salieron de ellos, mi espalda agotada de haber dormido tanto, mi cabeza impura cree que los buenos desaparecieron y lo s que de verdad aman, están en algún rincón del mundo, invernando, esperando que la brisa anuncie aires de cambio y eventualmente de amor y honestidad...
Bajo este cielo caminamos malos y buenos, juntos de la mano, jurando amor eterno.
Nos conocemos por cosas de la vida, o del puto destino como dicen por ahí, yo hasta el minuto culpo Zeus y Hades, por jugar con el "destino" que forga que ocurran "cosas en la vida". Esa es mi sentencia, que todo ocurre porque la ira de Hades y la sabiduría de Zeus, han jugando eternamente con nuetsramente y con el Universo.
Ayer comprendí que buenos y malos, convivimos a diario haciendonos el amor y el daño sin reclamos y sin reparos como lo cotidiano más absurdo pero inevitable que pudiesemos tener.
Ayer en el pedazo de soledad que preferí guardar sólo para mí, es que entendí que la casa mía no es tuya, y que por nada del mundo, volveré a dejar que se interrumpa de esa forma.
Horas de melancolía pasaron por mi cabeza durante la fecha especial de todos, pero de nadie. Melancolía y soledad, equivalentes a horas eternas de sueño y llanto.
Mis ojos están inchados de tanta suciedad que salieron de ellos, mi espalda agotada de haber dormido tanto, mi cabeza impura cree que los buenos desaparecieron y lo s que de verdad aman, están en algún rincón del mundo, invernando, esperando que la brisa anuncie aires de cambio y eventualmente de amor y honestidad...
Bajo este cielo caminamos malos y buenos, juntos de la mano, jurando amor eterno.